-Jack-
Hora libre, lo mejor que puede pasar, ya que me permite hablar con Elizabeth, estamos sentados en una mesa de la cafetería, yo con un café frente a mi y ella con un plato de cereal y fruta, el desayuno transcurre tranquilo mientras hablo con Elizabeth lo que me permite descubrir varias cosas sobre ella, como que le gusta leer y escribir pero no se encierra en los libros ni piensa convertirse en escritora, le gustan las verduras y siente un poco de remordimiento al comer carne, pero aun así no puede dejarla, odia cocinar, aunque no es mala haciéndolo y le cuesta mucho hablar con gente nueva, además de que odia su nombre y prefiere que la llamen Elie solamente.
Siento algo caliente en mi cuello y lo miro, es mi collar, un rubí en forma de corazón cubierto por unas alas, todos los cupidos tienen uno, se usa para llamarnos cuando alguien nos necesita, el mío está brillando un poco. Me están buscando. Tengo que ir, me levanto de mi asiento.
—Ahora vuelvo Elie.
—Claro.
Salgo de la cafetería y voy detrás de un salón vació, extiendo mis alas y vuelo lo más alto que puedo, entro en las nubes topandome una gran puerta color blanco, me detengo frente a ella, mi collar brilla y la puerta se abre, entro y mi ropa cambia a una túnica color blanco, camino a paso lento, hasta llegar a una habitación totalmente blanca con muchas puertas de distintos colores, una rosa, una azul, una blanca, una verde y una color gris, cada puerta lleva a un lugar diferente, la rosa es la de los cupidos, la azul la de los ángeles de la paz, la blanca es de los guardianes de los humanos, la verde es la de los ángeles de la naturaleza y la gris nadie sabe que es ni a dónde lleva.
Abro la puerta rosa y entro, siento un gran rayo pasar frente a mi, casi caigo hacia atrás, veo a mi alrededor, cupidos volando por todos lados, como siempre, todos tienen prisa, los más jóvenes están haciendo su prueba para poder empezar a formar parejas en el mundo humano, y los más viejos les enseñan, digo viejos porque nacieron hace mucho pero en realidad parecen personas de 20 años. Vuelo hacia la recepción, que en realidad solo es un escritorio blanco en medio de un montón de nubes.
—Me han llamado.
—Que malos modales Jack, como siempre.
—Lo lamento Mahasiah.
— Mientras sepas que hiciste mal y lo cambies no hay problema amigo.
—Gracias— Suspiro, Mahasiah se encarga de hacernos ver nuestros errores y nos ayuda a corregirlos, por eso es la primera persona con la que debes acudir si tienes un problema.
—Por cierto, Yeiayel te busca, ¿Que hiciste esta vez?—
—Nada que no se pueda solucionar con un poco de platica— avanzó para encontrarme con Yeiayel.
—¡Suerte Jack!—grita Mahasiah.
—¡Gracias!—Respondo mientras entró en una habitación rosa.
—Así que al fin vienes Jack— Yeiayel habla desde su escritorio sin despegar su vista del libro frente a él. Yeiayel es un tipo un poco raro, es muy serio, su cabello es pelirrojo y le llega hasta los talones, lo que lo hace muy largo porque mide como 1.80, sus facciones son un tanto afeminadas pero aun así produce mucho miedo.
—Hola Yeiayel.
—Supongo que ya sabes por qué estás aquí— habla al fin mirándome con unos ojos serios.
—Creo que tengo una idea… probablemente sea porque desaparecí hace como 3 semanas y no he reportado ningún flechazo— hablo con un poco de miedo
—Correcto, ¿se puede saber por qué lo haces?
—Estoy buscando mi concentración… creo que la perdí.
—Decir la verdad a medias también es mentir Jack — detesto su tono de voz tan calmado.
—Me enamore— me rindo, es inútil tratar de engañar a este sujeto —no es algo tan malo ¿cierto?
—No lo es, pero el hecho de que no avises, sí lo es.
—Pero era obvio que ya lo sabias, de hecho me pareció raro que no me fueras a buscar.
—No puedo ser tu niñera personal Jack, te ruego que te pongas serio, desde que te graduaste has estado jugando y no has formado ni una pareja, los novatos lanzan más flechazos que tu, el amor es un juego para ti ¿verdad?
—¡No lo es!, es solo que… ¡agh!, no se como lidiar con las parejas, no las entiendo y eso hace que no pueda diferenciar” quien” más “quien” forma buena pareja.
—Algo bueno saldrá de que estés enamorado, espero que ese amor te enseñe a ser más responsable, puedes permanecer en la tierra como humano un tiempo, sin alas, sin arco y sin flechas.
—¿Enserio?, ¡wow! ¡que buen tipo eres!
— Déjame advertirte que en el amor no todo es dulzura, Jack.
—Ya lo se.
—No, no lo sabes, sí lo supieras serías más responsable al momento de lanzar flechas.
—Y yo que creí que eras un buen tipo Yeiayel— Susurro.
—Por que soy un buen tipo es por lo que hago esto por ti, algún día lo entenderás, ahora vete.
—Si, señor—odio cuando me habla como si fuera un bebe sin experiencia, salgo de la sala y me despido de Mahasiah, atravieso la puerta rosa y luego la blanca, mi ropa cambia a la que antes traía, vuelo hacia abajo, ya oscureció, voy a casa de Elie y veo por su ventana, está durmiendo con una gran sonrisa en su rostro, me pregunto que sucedió.
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