domingo, 24 de abril de 2016

10 ¡Sorpresa!



-Evan-

Siento un gran peso sobre mi, un peso que no puedo quitarme, pero no es un peso por alguna preocupación, literalmente ¡siento un bulto pesado que está sobre mí!, estoy acostado boca abajo en mi cama, me enderezo un poco y siento como el bulto se cae, me levanto a ver qué era aquel bulto pero no encuentro nada en el piso, busco con mi vista por toda mi habitación y no hay nada fuera de lo normal, siento como algo me sujeta del tobillo, miró hacia abajo y hay una mano que proviene debajo de mi cama, inmediatamente sale una cabeza con cabello negro y ojos rojos, grito intensamente y salgo corriendo de mi habitación, bajó las escaleras hasta llegar a la sala.


“¡bendito día para que no se encuentren mis papás en casa!, “¿porque me pasa esto a mi?, con lo mucho que me aterran los fantasmas y todas las cosas sobrenaturales”, escucho unos pasos provenientes de las escaleras y me giro para mirar, veo como una sombra se acerca lentamente mientras baja por las escaleras, cierro los ojos.


“¡es mi fin! ¿voy a morir así? ¿sin confesar mis sentimientos? ¡mamá, papá, los amo, perdón por romper las ventanas de la casa cuando tenía 8 años, y mamá perdón por pintar tu cabello de verde cuando tenia 10 años, mi amor, discúlpame por ser tan cobarde”. Escuchó una sonora carcajada y abro los ojos con lentitud, frente a mi esta la chica zorro de ayer, casi tirada en el piso por la risa, trae un vestido tipo kimono color negro que no cubre sus rodillas, junto a una cinta roja y gruesa en su estómago, tiene el cabello suelto y está descalza, por mi parte estoy usando un pantalón pijama azul con dibujos de patitos, no tengo nada puesto arriba, porque hace calor.


—¡¡No… no puedo más… jajajaja… su cara… jajaja...su cara…jajajaja…me muero!!
“Me perdí de algo ¿que está pasando?”—¿Qué haces en mi casa?
—Yo… jajaja…¿visita?...—“esta conteniéndose de reír, puedo verlo en sus ojos rojos”
—¿Cómo entraste?— pregunto  un poco molesto.
—Ventana… pff.. ja… por la ventana.
—¿Acaso eres un ladrón?
—Lo siento .. jaja…¿como le va?—Dorothy se sienta en mi sillón.
—No muy bien gracias a ti— “su cabello es blanco, pero...antes era negro”—¿tu cabello cambia de color?
—Si— habla más calmada pero aun con una sonrisa en su rostro— puede ser de cualquier color, rojo, amarillo, castaño, negro, morado, rosa, azul— su cabello cambia por cada color que menciona— y no es todo lo que puedo cambiar—sonríe.
—¿Qué más puedes cambiar? aparte de tus ojos— que ahora son morados.
—Mmmm, ya lo verá, por ahora solo vengo de visita y a informarle que hoy empieza el plan.
—¿Cual plan?
—El que  le permitirá conocer a Elie por supuesto.
—¿Quién es Elie?—pregunto un poco dudoso
—¿Qué? ¿le gusta la chica y no sabe ni su nombre?
“Oh se refiere a mi amada, así que se llama Elie… un momento”—¿quién te dijo que podías intervenir?
—¡Auch!, que rudo, yo hago lo que quiero pero es decisión suya si me ayuda o no, aunque sería más fácil con su apoyo.
—Suena sospechoso.
—Nah, soy una profesional.
—¿Que se supone que debo hacer?— “extrañamente esta chica me da confianza, siento que la he visto antes, pero es una sensación diferente a la que me produce Elie, ¿me estaré imaginando cosas?”
—Solo aproveche la situación.
—¿Que? ¿aprovechar la situación? ¿eso qué significa?
—No coma ansias, ya lo entenderá en su momento— Dorothy se pone de pie— ya me voy, ¡nos vemos!— corre hacia una ventana abierta y salta “¡¿esta loca?! ¡estamos el el segundo piso!”, corro a asomarme por la ventana y solo veo un pájaro blanco “sí puede ser un zorro por qué no un pájaro ¿cierto?”.
—Por cierto, linda pijama— veo un destello rojo en sus ojos y descubro que su comentario no fue un halago sino una burla, el pájaro se aleja volando “estoy perdiendo la cabeza y tomando esto con mucha tranquilidad, ¿quién rayos es esa chica? o mejor dicho ¿que es?”.


Veo mi reloj y se me esta haciendo tarde para la escuela, entró en la ducha y salgo en menos de 5 minutos, escucho el timbre de la puerta, debe ser James, tomo mi mochila y bajó las escaleras hasta llegar al patio, abro la puerta y ahí está mi amigo James, igual que siempre, mide como 1.75 y es castaño, su cabello le llega a los hombros, tiene una perforación en la oreja derecha, a mi parecer lo hace verse un tanto afeminado pero el dice que vuelve locas a las chicas, viste unos jeans negros y una playera roja, además de sus lentes con un poco aumento.

—Buen día, dulce florecilla— James pasa su brazo por mi hombro.
—No me llames así— Aun tiene esa maldita costumbre de ponerme los mismos apodos que a sus conquistas, el dice que soy demasiado fino para ser un hombre y por eso siempre me esta molestando con que mi voz no pega mucho con mi apariencia, quito su brazo de mi hombro.
—Que no te de pena mostrar tu amor, cariño— toma mi barbilla, lo alejó bruscamente y golpeó su estómago muy duro, lo que hace que se doble y caiga de rodillas.
—Aléjate de mi, pervertido sin escrúpulos con tendencias homosexuales.
—Tu fuerza sigue siendo más fuerte que la mía maldita bestia.
—Por supuesto artimaña.

James se pone de pie y caminamos a la escuela platicando sobre sus vacaciones en la playa, llegó ayer en la tarde por lo que no fue a la escuela, tan pronto llegamos a la escuela las chicas comienzan a murmurar cosas, cuando voy solo por la calle es común que una que otra mirada se desvíe del camino para mirarme, pero cuando voy con James no solo se desvían las miradas sino todo el rostro o incluso el cuerpo, lo peor de todo esto es que las chicas no siempre piensan cosas como “hey mira esos chicos guapos” yo diría que piensan algo como “mira esa linda pareja de novios”, ¿como lo se?, en una ocasión una chica se acerco a mi y me pidió que le permitiera tomar una foto de un beso entre James y yo, cuando le dije que no casi se pone a llorar, pregunto una cosa así como “¿por que no?, es algo que usualmente hacen” debió ver mi cara de asco y horror porque se disculpó y se fue, desde ese día los rumores y las miradas se calmaron en la secundaria, aunque jamás volví a ver a una chica igual, son seres misteriosos que me aterran, por supuesto James casi se muere de la risa cuando le conté y a veces bromea con eso, lo que muchas veces le ha costado un ojo morado y varios moretones.


Entramos al salón y nos sentamos juntos, me limito a mirar por la ventana mientras esperamos a que llegue el profesor, James apenas entra y se pone a coquetear con una chica. El profesor llega pero estoy muy entretenido mirando por la ventana para notarlo, siento unos suaves golpes en mis costillas provenientes del codo de James, volteo a ver que sucede.

—Mira esa chica, es increible, jamas habia visto una piel tan palida y perfecta, parece una muñeca, creo que comenzare a coleccionar de esas como las de tu mamá.

Miro en la misma dirección que James y mis ojos se abren por la sorpresa, Dorothy está caminando por el salón, usando la misma ropa de esta mañana, solo que hay algo extraño en ella, se ve más joven, la primera vez que la vi y esta mañana parecía tener 20 años, pero ahora que la veo parece tener mi edad, pasa frente a mi y me dedica una sonrisa, se sienta en la banca de atrás y yo no despego mi vista ni por un segundo de ella.

—Ponga atención a la clase muchacho, luego piensa cómo conquistar a la chica de blanco— el profesor habla y se oyen risas por todo el salón, giró hacia el pizarrón.
—¿La conoces?— pregunta James.
—Algo así— respondo buscando de reojo hacia atrás.

Las clase pasa y giro  hacia Dorothy que está sentada atrás de mi, pretendo hacerla hablar antes de cambiar de salón para la próxima clase, afortunadamente aún falta una hora, lo bueno de ser la primera semana de clase es que ningún profesor da clase, solo son presentaciones.
—¿Qué haces aquí?— pregunto mas con sorpresa que con enojo.
—No le hables así a la perfecta muñeca Evan, es una falta de respeto— habla James.


Me levanto y tomo a Dorothy del brazo para llevarla a donde ningún curioso meta su nariz, la cafetería, es el único lugar bueno que se me ocurre, ademas tengo hambre.


—La escuela es un lugar interesante— sonríe.
—Hablo enserio
—¿Está bromeando? hable con usted de esto en la mañana.
—¿Qué?
—A esto me refería con “nos vemos”— esta chica tiene un significado completamente distinto de las palabras.
—¿Cómo entraste a la escuela?
—Use un poder especial llamado bolígrafo para rellenar un mágico papel de inscripción y ¡bum! Aqui estoy, ¿soy asombrosa no?— su cara tomó un semblante divertido, pero no le tome importancia.

—Bueno no importa, vamos a comer— “no pretendo seguir siendo el juguete de esta chica”
Compro mi comida en la cafetería y me siento en una mesa con un plato de sopa y uno de albóndigas, Dorothy se sienta a mi lado con una rebanada de pastel.
—¿Solo vas a comer eso?— hablo mientras miro su plato y luego a ella
—Si
—No puedes comer solo un pastel, ten— tomo mi plato de albóndigas y se lo entregó, ella lo toma y lo mira.
—Esta bien, no necesito de comida, solo como por gusto, no por necesidad.
Una vez más sale a flote su rareza —Cómelo— hago que mi voz suene como una orden, Dorothy asiente y empieza a comer, es extraño, tengo la sensación de que esta chica no sabe cuidarse sola y yo tengo que ayudarla.
—¿Como se llaman?, saben rico.
—Albóndigas.
—Ah...—Dorothy termina su plato y se levanta.
—¿Adonde vas?
—Tengo cosas que hacer, lo veo en el salón.
“¿Que clase de cosas va a hacer si no conoce a nadie?” , termino mi comida y camino de regreso al salón donde esta James platicando con una chica, ese tipo puede sobrevivir todo el día solo con el desayuno, llega el profesor y la segunda y tercera clase se pasan volando, Dorothy no regreso, me pregunto ¿donde estará?, me levanto, camino junto a James a la salida y nos encontramos con Dorothy.
—¡Hey!, empecemos—Dorothy se dirige a mi.
—Hola muñeca, mi nombre es James y ¿el tuyo?— Dorothy se pasa de largo y me toma de la muñeca— vamos.
James hace un segundo intento por hablar con ella pero Dorothy se limita a susurrar algo que no alcanzo a distinguir y hace que James se congele en su lugar, caminamos más rápido.
—¿Qué le dijiste?
—Nada, solo le traje un recuerdo bastante peculiar.
—¿Qué recuerdo?
—No te preocupes por eso, concéntrate en Elie.
—Ella no está aquí.
—Y entonces ¿Quién es ella?—Dorothy señala al frente y giro mi vista, Elie está caminando por la calle con un gran paquete de hojas.
—Wow, pero… ¿como se supone que hable con ella sin que piense que la acosó?
—No hay problema—Dorothy alza su brazo hasta dejarlo recto y un viento sale disparado hacia Carolina que hace que sus hojas vuelen.
—Ve.
—¿Como hiciste eso?— hablo con los ojos como platos, cada vez estoy más seguro de que ella no es humana.
—Luego hablamos de eso, corre—Dorothy me empuja un poco y yo corro hacia Elie, pero ya ha levantado casi todas las hojas, levantó la última y la pongo frente a su rostro.
—Gracias— habla con su dulce voz..
—No...no hay de qué—me pongo nervioso de tan solo hablar con ella, parezco un completo idiota.
—Tu eres el chico de ayer, el que cayó sobre mí— “oh dios que vergüenza que me recuerde por eso”—Lo lamento mucho— siento mi rostro un poco caliente, “cálmate Evan”.
—No hay cuidado—me sonríe
“Aprovecha la situación”, la voz de Dorothy retumba en mi cabeza ——Como forma de pedir perdón permíteme acompañarte a casa y ayudarte con eso, o ¿tomas algún camión?

—Si— Elie me entrega las hojas y se sonroja un poco al roce de nuestros dedos, lo que hace que a mi me pase lo mismo, pero afortunadamente no lo nota, siento que mi corazón late muy rápido, se ve hermosa sonrojada” tengo unas ganas inmensas de abrazarla pero seguro me demanda por acoso, por lo que solo me limito a abrazar las hojas muy fuerte, con la esperanza de suprimir mi pensamiento.
Caminamos a casa en un silencio profundo pero no incómodo, no se me ocurre nada que decir, estoy muy nervioso y no se que hacer, “¿debería comenzar una platica? ¿sobre que?, tal vez esta incomoda, ¿y si piensa que soy aburrido? ¡Maldición ¿que hago?!”, “Cálmate solo pregúntale su nombre, se supone que no lo sabes”, “esa es la voz de Dorothy”

—¿Cómo te llamas?— preguntó rápidamente.
—Elizabeth, pero puedes decirme Elie— responde muy tranquila—y ¿tu?
—Evan— “Oh dios, quiso saber mi nombre, soy tan feliz, pero ya no se que mas preguntar”, llegamos a la parada del camión bastante rápido, me despido de ella y le entregó sus hojas, regreso a casa y me siento como si estuviera en un sueño, entro a mi casa, mis padres están sentados comiendo, me siento y mi madre me pone un plato al frente, pregunta algo que ignoro por pensar en Elie, termino de comer y subo a mi cuarto, gracias el cielo no tengo tarea, me limito a suspirar y a mirar el techo mientras pienso en lo hermosa que se veía Elie y en que por fin le habló, oscurece sin que me dé cuenta y me quedo dormido, el tiempo pasa tan rápido cuando estás enamorado.

sábado, 23 de abril de 2016

9 Bum Bum


-Elie-

Aquí vamos de nuevo a la escuela y apenas es el segundo día, voy caminando tranquilamente rumbo a mi salón.


—Disculpe— “¿me estarán hablando a mí?”, volteo lentamente para ver de donde proviene la voz, me sorprendo al encontrarme con una chica increíblemente hermosa,su cabello es blanco y le llega hasta los talones, tiene una especie de “corona” en su cabeza, como esas que llevan las hadas en los cuentos,  su vestido es estilo kimono negro con una cinta roja, sus zapatos son como los de las bailarinas de ballet y sus ojos son morados,parece una muñeca de porcelana sacada de una tienda de antigüedades, me hace sentir bastante simple ya que yo solo llevo unos jeans y una playera de tiras, con un cabello hecho cebolla.
—¿Podría decirme donde esta el salón 30B?, la escuela es muy grande y no vine ayer así que estoy desorientada totalmente.
—Es el segundo salón del edificio que está detrás de ti—sonrió, “en verdad parece una muñeca”.
—Muchas gracias, por cierto soy Dorothy, mucho gusto— extiende su mano.
—Elizabeth—estrecho su mano.
—Nos volveremos a ver Señorita Elie, adiós—se va moviendo su mano, “que chica tan rara, en fin, no creo volver a verla, la escuela es bastante grande para encontrarla por casualidad”.
—¿Quién era?
—¡Oh! Jack—”¿qué le sucede?, ¿no sabe que primero se saluda? y ¿de donde salio?”—Hola.
—Hola.
“Buen chico”—Era una chica que estaba perdida, dijo que ayer no vino y que la escuela era grande, no sabia ni donde estaba su salón, era un poco rara, me dio las gracias y me dijo que nos volveríamos a ver….
—¿Cuando?
—¿Que?...¿yo que voy a saber?, ¿me viste cara de adivina?
—No…solo creí que habían quedado en algún sitio.
—A todo esto…. ¿por qué la pregunta?— “qué extraño que muestre tanto interés por verla de nuevo, tal vez quieres conocerla”
—Esa chica me produce una sensación extraña.
“Lo sabía, le gusta” —ooohhh… ¿te gusta?— “que emocionante el joven Jack está enamorado”.

—¿Por qué preguntas?— Jack habla mientras se acerca a mi rostro, invadiendo mi espacio personal, jamas he tenido a un hombre tan cerca de mi rostro, y menos uno tan guapo, porque a pesar de todo él era bastante guapo a mi parecer “¿que hago?”, estoy nerviosa —¿te molesta?— pregunta, “no puedo permitir que piense que me gusta, debo alejarlo”  lo empujó con ambas manos —¡¡Claro que no!!— grito mientras camino al salón para mantenerme lejos, tal vez exagere, me siento un poco culpable así que me asomo por la puerta y le gritó—¡MUÉVETE!—

—¡Ya voy! — me responde, entró al salón, la clase pasa bastante rápido y llega la hora de comer, ya que tenemos hora libre porque el profesor de matemáticas decidió no asistir. Jack y yo caminamos a la cafetería, nos sentamos y hablamos un buen rato, hace un montón de preguntas sobre mi y no me deja saber mucho sobre él.
—Ahora vuelvo Elie— me interrumpió mientras hablaba y parece que no lo noto, tal vez se aburrió —claro.
—Hola— alguien habla y alzo mi cara para ver si me hablan a mi, ¡sorpresa!, me encuentro con la chica del cabello blanco, juraría que de verdad es una muñeca poseída o algo así.
—Hola.
—Te estaba buscando.
—¿Por qué? ¿me estas acosando?— preguntó con un tono de burla.
—masomenos—responde sonriendo, “wow, no se si alegrarme porque me sigue la corriente o asustarme porque de verdad me está acosando”.
—pues bueno, me encontraste… felicidades—sonrió, con un poco de desconfianza.
—Gracias— sus ojos son rojos, podía jurar que eran morados cuando la vi esta mañana.
—¿Ya comiste?
—Si… Un pastel
—¿Un pastel?, eso no es comida es un postre.
—Esta bien, un amigo me invitó a comer unas bolas hechas de carne.
—¿Albóndigas?
—Si… creo que así se llamaban.
—De acuerdo, quiero preguntarte algo…¿puedo?
—Claro—sonríe.
—¿Por qué la ropa tan extravagante y el cabello blanco?
—No me gusta la moda de estos tiempos, asi que uso ropa un poco antigua y como no es común destaca mucho y el cabello blanco… no lo se
—Oh… ya veo.


Dorothy mira su reloj —Bueno, me voy, suerte por la tarde, espero que todo salga bien— se pone de pie.
Que rara despedida, es agradable encontrar a alguien así de raro —Nos vemos.
La escuela acaba antes de que me de cuenta y Jack no ha vuelto.


Voy caminando a la parada con un paquete de hojas que tengo que fotocopiar para la clase de historia y justo como si fuera una película donde la protagonista tiene mala suerte, las hojas salen volando por un pequeño aire que vino de la nada, “rayos”, me agachó para recogerlas, busco a mi alrededor para asegurarme que no me falte alguna pero al alzar la vista un objeto blanco me tapa el rostro, lo tomó.


—Gracias— habló para agradecer a quien me dio la hoja.
—No...no hay de que— ¡oh sorpresa!, es el chico de cabello negro que me tiró ayer.
—Tu eres el chico de ayer, el que cayó sobre mi.
—Lo lamento mucho—se pone rojo, “es adorable”.
—No hay cuidado.
—Como forma de pedir perdón permíteme acompañarte a casa y ayudarte con eso, o ¿tomas algún camión?
—Si— “no me esperaba eso”, le entrego mis hojas, siento una ola de calor inundar mi cuerpo cuando nuestros dedos se rozan, escucho el sonido de mi corazón acelerarse.


Bum, Bum.


Caminamos hasta la parada en un silencio profundo pero no incómodo, es de esos silencios que sabes que la otra persona  disfruta.
—¿Cómo te llamas?— el muchacho rompe el silencio con su dulce voz.
—Elizabeth, pero puedes decirme Elie— “ahora que lo pienso no sé su nombre”—y ¿tu?
—Evan—”incluso su nombre es bonito”


El camión llega, Evan me entrega mis hojas y me despido de él mientras subo a esa enorme carcacha. En un parpadeo llegó a donde tengo que bajar, que casi me paso por andar pensando en Evan, camino a casa pasando el parque y el enorme jardín que tengo como patio, no hay nadie en casa, subo a mi habitación dejo las hojas en el escritorio y me tumbo en la cama, aun puedo sentir acalorado el rostro. Me levanto después de dar unas cuantas vueltas en la cama, bajó a comer y me encuentro con Julia sirviendo la comida.


—¿Cómo es que llegas a casa antes que yo?—pregunto un poco sorprendida
—Bueno, yo no me distraigo en el camino coqueteando con chicos de cabello negro— siento otra ola de calor atormentarme.
—No estaba coqueteando— hablo con un poco de pena.
—Yo solo digo lo que vi— Julia me mira y sonríe, con una de esas sonrisas de cuando dice “estoy tramando algo”.
—¿Que tramas?— pregunto más por rutina que por saber.
—….Nada...solo… pienso—detesto que haga eso, nos sentamos y terminamos de comer entre pláticas y bromas, subimos a mi habitación y hacemos la tarea juntas, bueno algo así porque Julia es un año más grande que yo, pero reprobó algunas materias así que esta recursando.
—Me iré a bañar y a dormir— Julia se levanta de su asiento.
—¿Tan rápido paso el tiempo?— miro hacia afuera y esta obscuro.
—El tiempo vuela cuando alguien está enamorado— Julia sonrie.
—Yo no estoy enamorada—hablo muy tranquila.
—Como sea, buenas noches Julieta— sale por la puerta y la cierra.
Me recargo en mi mano y pongo mi codo sobre la mesa, miro por la ventana y recuerdo a Evan, se me escapa una sonrisa, “espero verte mañana”, me levanto y tomo una ducha, entro a la cama y me quedo dormida con una sonrisa en mi rostro.

viernes, 8 de abril de 2016

8 El mundo de Jack


-Jack-

Hora libre, lo mejor que puede pasar, ya que me permite hablar con Elizabeth, estamos sentados en una mesa de la cafetería, yo con un café frente a mi y ella con un plato de cereal y fruta, el desayuno transcurre tranquilo mientras hablo con Elizabeth lo que me permite descubrir varias cosas sobre ella, como que le gusta leer y escribir pero no se encierra en los libros ni piensa convertirse en escritora, le gustan las verduras y siente un poco de remordimiento al comer carne, pero aun así no puede dejarla, odia cocinar, aunque no es mala haciéndolo y le cuesta mucho hablar con gente nueva, además de que odia su nombre y prefiere que la llamen Elie solamente.


Siento algo caliente en mi cuello y lo miro, es mi collar, un rubí en forma de corazón cubierto por unas alas, todos los cupidos tienen uno, se usa para llamarnos cuando alguien nos necesita, el mío está brillando un poco. Me están buscando. Tengo que ir, me levanto de mi asiento.


—Ahora vuelvo Elie.
—Claro.
Salgo de la cafetería y voy detrás de un salón vació, extiendo mis alas y vuelo lo más alto que puedo, entro en las nubes topandome una gran puerta color blanco, me detengo frente a ella, mi collar brilla y la puerta se abre, entro y mi ropa cambia a una túnica color blanco, camino a paso lento, hasta llegar a una habitación totalmente blanca con muchas puertas de distintos colores, una rosa, una azul, una blanca, una verde y una color gris, cada puerta lleva a un lugar diferente, la rosa es la de los cupidos, la azul la de los ángeles de la paz, la blanca es de los guardianes de los humanos, la verde es la de los ángeles de la naturaleza y la gris nadie sabe que es ni a dónde lleva.


Abro la puerta rosa y entro, siento un gran rayo pasar frente a mi, casi caigo hacia atrás, veo a mi alrededor, cupidos volando por todos lados, como siempre, todos tienen prisa, los más jóvenes están haciendo su prueba para poder empezar a formar parejas en el mundo humano, y los más viejos les enseñan, digo viejos porque nacieron hace mucho pero en realidad parecen personas de 20 años. Vuelo hacia la recepción, que en realidad solo es un escritorio blanco en medio de un montón de nubes.


—Me han llamado.
—Que malos modales Jack, como siempre.
—Lo lamento Mahasiah.
— Mientras sepas que hiciste mal y lo cambies no hay problema amigo.
—Gracias— Suspiro, Mahasiah se encarga de hacernos ver nuestros errores y nos ayuda a corregirlos, por eso es la primera persona con la que debes acudir si tienes un problema.

—Por cierto, Yeiayel te busca, ¿Que hiciste esta vez?—
—Nada que no se pueda solucionar con un poco de platica— avanzó para encontrarme con Yeiayel.
—¡Suerte Jack!—grita Mahasiah.
—¡Gracias!—Respondo mientras entró en una habitación rosa.


—Así que al fin vienes Jack— Yeiayel habla desde su escritorio sin despegar su vista del libro frente a él. Yeiayel es un tipo un poco raro, es muy serio, su cabello es pelirrojo y le llega hasta los talones, lo que lo hace muy largo porque mide como 1.80, sus facciones son un tanto afeminadas pero aun así produce mucho miedo.

—Hola Yeiayel.
—Supongo que ya sabes por qué estás aquí— habla al fin mirándome con unos ojos serios.
—Creo que tengo una idea… probablemente sea porque desaparecí hace como 3 semanas y no he reportado ningún flechazo— hablo con un poco de miedo
—Correcto, ¿se puede saber por qué lo haces?

—Estoy buscando mi concentración… creo que la perdí.
—Decir la verdad a medias también es mentir Jack — detesto su tono de voz tan calmado.
—Me enamore— me rindo, es inútil tratar de engañar a este sujeto —no es algo tan malo ¿cierto?
—No lo es, pero el hecho de que no avises, sí lo es.

—Pero era obvio que ya lo sabias, de hecho me pareció raro que no me fueras a buscar.
—No puedo ser tu niñera personal Jack, te ruego que te pongas serio, desde que te graduaste has estado jugando y no has formado ni una pareja, los novatos lanzan más flechazos que tu, el amor es un juego para ti ¿verdad?

—¡No lo es!, es solo que… ¡agh!, no se como lidiar con las parejas, no las entiendo y eso hace que no pueda diferenciar” quien” más “quien” forma buena pareja.

—Algo bueno saldrá de que estés enamorado, espero que ese amor te enseñe a ser más responsable, puedes permanecer en la tierra como humano un tiempo, sin alas, sin arco y sin flechas.
—¿Enserio?, ¡wow! ¡que buen tipo eres!

— Déjame advertirte que en el amor no todo es dulzura, Jack.
—Ya lo se.
—No, no lo sabes, sí lo supieras serías más responsable al momento de lanzar flechas.
—Y yo que creí que eras un buen tipo Yeiayel— Susurro.

—Por que soy un buen tipo es por lo que hago esto por ti, algún día lo entenderás, ahora vete.
—Si, señor—odio cuando me habla como si fuera un bebe sin experiencia, salgo de la sala y me despido de Mahasiah, atravieso la puerta rosa y luego la blanca, mi ropa cambia a la que antes traía, vuelo hacia abajo, ya oscureció, voy a casa de Elie y veo por su ventana, está durmiendo con una gran sonrisa en su rostro, me pregunto que sucedió.

—Buenas noches— susurro y vuelvo a mi casa, mis alas desaparecen tan pronto piso el suelo del apartamento, entró a la cama, me quedo dormido recordando toda la conversación que tuve con Yeiayel.