-Evan-
Desde la primera vez que la vi por la ventana de esa librería me había robado el corazón, era extraño, tenía la sensación de haberla conocido hace tiempo pero estoy seguro de que recordaría si fuera así, no sabía nada de ella y no era muy probable que la volviera a ver, eso me entristecía un poco, cuando fui a inscribirme a mi último año en la preparatoria pude verla nuevamente y mis ansias porque iniciarán las clases se hicieron presentes, obviamente se ve que tiene mi edad, además de que ese día solo se inscriben los de 5 semestre.
Salgo de casa muy emocionado, la escuela me queda a 5 minutos, esperando que me toque en el mismo salón que ella, mientras camino siento una presencia que me sigue así que volteo un poco asustado pero sólo me encuentro con un zorro blanco con ojos morados, suspiro —no sabía que los zorros blancos existieran— digo en voz alta, el pequeño animal avanza hasta mí y comienza a frotarse en mis pies, me hincó y comienzo a acariciarlo, recuerdo la hora y me levanto para continuar caminando, antes de que se haga tarde, el animal me sigue muy de cerca, parece que tengo una nueva mascota.
Llegó a la escuela y me despido del Zorro entró y buscó mi salón, al ingresar recorro todo el lugar con la mirada, buscando a una sola persona, para mi desgracia ella no se encuentra en el salón. Las clases transcurren tan lento que me quedo dormido en la ultima del día, cuando despierto el salón está vacío, me levanto y salgo corriendo hacia mi casa, en la puerta de la escuela veo un zorro blanco, lo ignoro y sigo corriendo, el animal corre detrás de mí, me asusto y corro más rápido —¡maldición! ¡¿porque me persigues?!— le gritó mientras volteo a verlo, regreso mi vista al frente y veo a dos personas frente a mí, ¡rayos!, es demasiado tarde para frenar, —¡¡Cuidado!!— es lo único que logro sacar de mi boca aunque no funciona porque terminé arriba de una chica.
—¡Ten cuidado idiota!— escucho como el otro sujeto me grita.
—Lo lamento, un animal raro me estaba siguiendo— digo mientras me levanto, miro a la persona que tire y me sorprendo al ver que es la chica a la que estaba buscando.
—No te preocupes— dice con un tono tan dulce, siento como el color se me sube a la cara pero al parecer ella no lo nota, se toca un poco la cara, creo que está revisando si no le he causado daño, voltea a ver al tipo que está a su lado.
—Vámonos Jack— el tipo simplemente la sigue y yo me quedo ahí de pie sin saber qué hacer, siento que el corazón se me va a salir del pecho, quién diría que por sólo cruzar unas palabras con ella me pondría así, siento como algo se sienta entre mis piernas abiertas, miro hacia abajo y veo como un zorro blanco con ojos rojos me está mirando.
—¡¡Aaaaahhhh!!— grito mientras me apartó de él —¡maldición! ¿Cuántos zorros blancos existen?— entonces recuerdo que en la mañana también me encontré un zorro igual sólo que con ojos de otro color, —¿Cómo puedo olvidar algo así? soy un idiota pero... ¿dónde está el otro zorro?— busco a mi alrededor y no veo nada por lo que me agacho para ver de frente al animal que por cierto está sentado frente a mi —¡Hey! amiguito ¿dónde está tu amigo?— digo mientras acaricio su cabeza, veo como sus ojos cambian de color rojo a color morado, me caigo hacia atrás —¡¿qué demonios?!— el Zorro se pone de pie y comienza a caminar lentamente hacia mí, me entra el pánico, tiene una maldita sonrisa en su cara o al menos eso es lo que parece.
—Vaya... pero que miedoso.
—¿Eh?
— ¡Hey!, ¿no tiene modales?
“¡¡Demonios!!, ¡el zorro está hablando!” quiero ponerme de pie y salir corriendo pero estoy paralizado.
—No se supone que responda “¿eh?” cuando alguien le habla... tiene miedo ¿cierto?
Las palabras no me salen y por si fuera poco se pone peor, el zorro se transforma en una mujer pero no una mujer cualquiera una increíblemente... increíble... mide como 1.70 y al parecer tiene como 20 años, su tez es blanca, sus labios son rosas, sus ojos morados y su cabello está amarrado en un chongo, es blanco, al igual que sus pestañas y cejas, a los lados le caen un par de pequeños mechones que llegan a su barbilla y su frente está tapada por un fleco, su cabello está amarrado por lo que parecen ser 8 manecillas de reloj diferentes, sus orejas tienen una especie de aretes que más bien parecen otras orejas de alambre que terminan en punta y cuelga una piedra roja de ellas, tiene un collar con diversas calaveras de todos los tamaños color negro, vestido straple de la parte de arriba pero parece que sólo un poco de encaje cubre esa aparte, unas líneas recorren su abdomen hasta llegar a su cintura y bajo ellas el fondo es color piel, lo que hace parecer que no trae nada abajo, el vestido es corto por el frente, dejando ver sus contorneadas piernas con un par de tatuajes, pero es más largo de atrás porque le llega a la mitad de las pantorrillas y como tiene un poco de vuelo hace parecer que tiene olanes, su brazo derecho tiene una pulsera en forma de rosal y está unida a un anillo con una rosa negra, su brazo izquierdo tiene una pulsera ancha color plata con un gran corazón rojo en medio y sus zapatos parecen estar hechos totalmente de huesos, es como las muñecas antiguas que colecciona mi madre, solo que mucho más grande.
—¡Bien!, es mucho más cómodo estar en dos pies que en cuatro patas— dice mientras se estira, al parecer noto mi cara de miedo porque su expresión mostró una cara divertida y sus ojos se volvieron rojos nuevamente, lo que los vuelve más escalofriantes puesto que siguen siendo como ojos de gato o zorro a pesar de tener forma humana.
—Vamos, póngase de pie, no voy a comerlo.
Obedecí sin esperar demasiado, sus palabras sonaban como una orden y su presencia me intimidaba demasiado como para negarme.
—¡Bien! estamos progresando— sus ojos se vuelven morados de nuevo, al parecer cambian a rojo cuando se divierte.
—¿Co-co-como?— Apenas si me salieron las palabras, estoy muy asustado.
—Bueno... es un tantito difícil de explicar... sólo déjeme decirle que no voy a hacerle daño, vine ayudarle con aquella chica— dice mientras señala con su pulgar por donde se fue la chica de mis sueños— no creerá que corrí tras usted por nada ¿cierto?, si no fuera por mí no se habría topado con ella.
—¿Po-porque?— rayos detesto que no me salgan las palabras y ¿por que esta hablándome de “usted” como si fuera un señor?
—Está bien que esté sorprendido pero sus tartamudeos son excesivos, detengalos, simplemente porque así es y punto.
—¿Qué?, ¿dondé?— esto debe ser un sueño pero no parece uno, esta chica me confunde no tengo idea de qué está hablando.
—Bien, bien, iré más despacio— dice mientras se sienta en una silla, “¡un momento!, ¡¿de dónde salió esa silla?!”
—Usted estás destinado a conocer a esa Señorita, no sé si esto signifique algo amoroso pero por lo menos si implica conocerla, ¿bien?— hace una pausa — ¿por qué?, porque es una buena persona... ¿cómo lo sé?, pues ese es mi trabajo... ¿alguna otra pregunta?
—¿Quién eres?— preguntó con un tono un tanto inseguro.
—El destino, la muerte, la vida, Dios... soy conocida por muchos nombres pero ninguno de ellos me pertenece, sólo dígame Dorothy— dice mientras se pone de pie y extiende su mano hacia mi en forma de saludo — ¡mucho gusto Evan!
—¿Como sabes mi nombre?— estalla en carcajadas —acabo de transformarme de zorro a humano y usted pregunta ¿Cómo se su hombre?, sí que es raro.
“Tiene razón, ¿Cómo se me ocurre hacer una pregunta tan estúpida?, un momento, ¿no estoy tomando esto muy a la ligera? y ¡¿a dónde fue la Silla?!”
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