viernes, 26 de agosto de 2016

19 Catrina, Cadaverina y Prutrescina


-Jack-

Al escuchar la palabra “secuestro” lo primero que se viene a la mente de cualquiera es probablemente que la persona que esté pasando eso esté sufriendo con intensa agonía y miedo, pero al entrar a donde se encuentra “nuestro secuestrado” no está pasando nada de lo anterior, es algo totalmente opuesto. Evan está sentado en una mecedora con un cuento infantil mientras tres pequeños con mantas cubriéndolos como fantasmas, están sentados a sus pies escuchando con atención lo que él lee.

—Hola niñas—el zorro saluda y los tres bultos blancos que al parecer son niñas, voltean a vernos, sin embargo al mirarme a mí, tanto Evan como las niñas corren a abrazar a Dorothy y a esconderse entre los pliegues de su ropa.

—¡¿Dorothy qué rayos es eso?!—Evan palidece y luce alterado, me parece divertido así que no me retiró la máscara aun.
—¿Cómo entro? los demonios no pueden poner un pie en esta sala— una de las niñas habla, no logro distinguir cual, todas tienen una manta blanca cubriéndolas, solo puedo ver los agujeros a la altura de sus ojos.
—¿Eso es un demonio?—creo que “el secuestrado” está a punto de desmayarse del miedo.
—Eso de ahí no es un demonio, es Jack—Dori explica y yo me retiro la máscara.
—Jack, hombre ¿quieres matarme del susto?, ¿por qué estas usando eso?
—Bueno, ¿no esperabas que atravesara el infierno como un simple humano verdad?
—¿Infierno?, ¿De que hablas? 
—Estamos en el infierno— informa Dorothy.
–¿Infierno?— Evan muestra sorpresa y palidece una vez más, a lo que rio con disimulo.
Al entrar a la habitación la condición de Elie ha desaparecido y se encuentra totalmente recuperada, la bajó con cuidado y me aseguro de que no se aleje demasiado.
—Si, ¿no lo sabías?, atravesamos una parte de él para llegar aquí, Dorothy nos prestó los disfraces—esta vez Elie responde al mismo tiempo que se retira la máscara. James hace lo mismo.
—¡Elie!, ¡James!—Evan corre a abrazar a Elie y posteriormente se cuelga como mono del cuello de James— ¿vinieron por mí?, tengo unos maravillosos amigos— se abraza con más fuerza, creo que esta tan conmovido que está a punto de llorar.
—Bueno, dejando eso de lado, díganme niñas, ¿por qué lo secuestraron?— el tono que la peli-blanca usa con las niñas es como el de una madre.
—Fue mordido por una serpiente venenosa, estaba a punto de morir y un no era su hora, así que lo trajimos hasta acá y Putrescina le saco el veneno, después de eso jugamos un rato.
—No deben traer humanos vivos aquí, no lo vuelvan a hacer.
—Esta bien—responden las tres al unísono.
—¿Quiénes son estas niñas?—Elie cuestiona, aunque estoy seguro que su pregunta era “¿Que hacen unas niñas en el infierno?
—Ellas son Catrina—el zorro destapa a una niña de cabellera larga y negra amarrada en una trenza de lado, vestido como el de el zorro pero en morado con negro y flores sobre su cabeza, cabe resaltar que es un esqueleto y su cráneo está decorado con varios detalles— Cadaverina— destapa a otra niña con vestido rosa lleno de moños, cabello plata corto y la parte superior de un cráneo sobre su rostro— y Putrescina— la última niña tiene cabello rubio amarrado en dos chongos, piel gris y vestido verde, sus ojos son totalmente blancos, sin pupila— Juntas se encargan de llevarse almas y descomponer los cuerpos, dicho de otro modo, ellas son la muerte— las tres niñas se fusionan, por extraño que suene, y dan origen a una mujer de cabello plateado, manto blanco y cuerpo esquelético.
—La mujer de la luna—chilla Elie.
—Exactamente— el zorro sonríe— lo que te contó María no es del todo falso, después de todo, las leyendas se basan en hechos reales, la única diferencia entre la leyenda de María y la realidad es que el chico prometió jugar con las niñas pero al darse cuenta de que en realidad eran la muerte trato de escapar, se adentro en la laguna y murió ahogado.
—¿Como sabes lo que Maria me contó?
—Lo escuche tras la puerta.
—Si sabias donde estaba Evan, y que no estaba en problemas ¿por qué nos trajiste?— Evan se ha bajado de James, dándole la oportunidad de hablar.
—Yo no los traje, ustedes decidieron venir— Dori se defiende.
—¡Dijiste que estaba secuestrado, creí que estaba en peligro!.
—Bueno, las cosas nunca son lo que parecen, además sí estaba en peligro, pero ellas lo salvaron—sus ojos se han vuelto rojos.
—TU...ERES...AGH...—James se rasca la cabeza con ambas manos.
—¡¿Bajamos hasta el infierno por nada?!, ¡pusiste nuestra vida en peligro!— ahora sí estoy molesto.
—Relájate Jack, jamás los pondría en peligro, los traje porque sabía que nada malo pasaría, bueno a excepción de Asmodeo, no esperaba encontrarlo aquí, pero descuida, él no se atrevería a contradecirme, no ahora.
—¿Quién es Asmodeo?—pregunta Evan.
—Un demonio lujurioso—responde la fuente de mi enojo.
—Ah
—¿Y por qué somos juguetes?— pregunto un poco más calmado.
—De vez en cuando traigo las almas que le venden a Lucifer, en realidad les hago un favor, las niñas se divierten y las almas no sufren agonía intensa, no son malas personas, son gente buena que vende su alma por vivir una buena vida o por un poder para hacer justicia a la gente mala, no me atrevería a exponer a las niñas, aunque puedan cuidarse solas.
—¿Qué hay de Simeón?
—El es un viejo amigo, también vendió su alma, afortunadamente logre ponerlo en un lugar donde no sufra— la sonrisa que muestra es tan sincera que dejo de presionar con las preguntas.
—Bueno, ya que Evan está bien, Dorothy nos explico todo y nosotros estamos a salvo, creo que es tiempo de volver a la tierra— suelta Elie conteniendo sus ganas de reír.
—Creo que es lo mejor—suspiro.
Las “niñas” se acercan a una puerta gris y la abren, salimos justo por la puerta pequeña en la habitación de las tres puertas al inicio, por fuera la puerta aun es pequeña pero por dentro se ve de tamaño normal, no cambiamos de tamaño, lo cual lo hace más extraño.
—¡Un momento!,¡entramos por aquí!— James luce sorprendido— ¿Por qué no usamos la puerta pequeña desde el inicio?
—Solo se puede abrir por dentro, y sí ellas quieren. Es para precaución—le responde Dori.

Los pequeños monstruos se despiden de Dori y de Evan con mucha emoción. Nos dirigimos a la puerta y salimos a la mansión, mis alas desaparecen, qué suerte que el zorro me ayudó a despistar a Elie y a James sobre ellas, de no ser así me hubieran descubierto, dejamos los disfraces en el mismo cuarto en el que estaban,  y salimos rumbo a la casa de María, nadie ha notado nuestra ausencia, pero Evan tiene que ir a ver al profesor Manuel para informar que está vivo y saludable, pobre profesor, debió estar muy preocupado.

Regreso a la habitación junto a James y Evan, después de avisar al profesor que se perdió por un momento. Elie y Dori regresan también a su cuarto, creo que le he agarrado cariño a decirle Dori en vez de Zorro. Cierro los ojos, para dormir después de acostarme, espero que mañana sea un día tranquilo.

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