lunes, 1 de agosto de 2016

13 Rumores


-Jack-

Todos los humanos alguna vez han creado, seguido o escuchado algún rumor, nunca se fijan sí es verdad o no, simplemente lo creen ciegamente, eso es justo lo que está pasando ahora, no llevamos ni una semana de clases y ya hay rumores extendiéndose por la escuela, algunos son de interés y otros no. Pero a mi me llama la atención uno en particular donde mencionan a una adivina capaz de cambiar el futuro, no es que quiera cambiar mi futuro ni que confíe en esas cosas, pero algo me dice que en ese lugar encontraré las respuestas que necesito.
Iré a visitar aquel lugar después de la escuela, por ahora debo concentrarme en algo mucho más importante. Elie. Está sentada en una mesa del salón, al parecer ayer me perdí de algo después de la pelea porque está sonriendo mucho esta mañana y siento una pequeña opresión en el pecho, tengo una horrible sensación de que esa sonrisa no es para mi y eso me duele hasta el alma, quiero que ella me sonría solo a mi, que me mire solo a mi, quiero ser su razón para vivir justo como ella es la mía.


Caminó hasta sentarme a su lado —¿A que se debe tanta felicidad?— Elie salta del susto, al parecer estaba en otro mundo—¿Tan feo soy?— alzó una ceja.
—No, no es eso, solo… estoy pensando— me dirige una sonrisa nerviosa y otra vez siento una punzada en el corazón, quiero preguntar otra cosa pero el profesor de historia hace su aparición.


— Buen día chicos. ¿ya están listos para el viaje de al pequeño pueblo?
—Siiii— responden todos a coro, definitivamente me perdí de algo importante.
—Recuerden nos vemos mañana aquí a las 6 am, traigan todo lo necesario, los voy a estar vigilando así que no es necesario que empaquen alcohol y estoy hablando muy en serio, además aunque lo lleven les informo que revisaremos sus mochilas antes de subir al camión, no hace frío pero les recomiendo no traer ropa tan ligera, saldremos a ver las estrellas y visitaremos varios museos, entreguen sus permisos a más tardar esta tarde, además de ustedes también irán los otros dos grupos de los que estoy a cargo, bien, creo que eso es todo así que  vamos a iniciar la clase.
Me giro hacia Elie—¿de que viaje estaba hablando?
—¡Ah! es verdad, olvide decírtelo, el día que te fuiste y no volviste el profesor nos dio unos permisos para ir a un pequeño pueblo en Michoacán, está como a 4 horas de aquí, se llama El oro, dijo que debíamos rellenar el permiso y entregarlo si queríamos ir, además de que después haríamos un trabajo en equipo que debemos entregar. Toma— Elie me tiende un papel amarillo—tome dos permisos, uno para ti y uno para mi— sonríe.


—Gracias.


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Después de dejar a Elie en la parada al terminar las clases, me dirijo a la casa de la adivina de los rumores de esta mañana es una casa bastante pequeña y simple, lo increíble está después de atravesar la puerta, es una mansión, justamente como la de la gente rica del siglo XVIII, paredes con tapiz viejo y muebles llenos de polvo o cubierto por mantas de color beige, estoy seguro de que antes eran blancas, la entrada está conformada por el salón principal donde se encuentran escaleras de dos lados y un gran candelabro al centro, bajo las escaleras hay una puerta de madera, es lo único que luce nuevo en este lugar, frente a ella hay un zorro sentado mirando en mi dirección.


—Así que el señor Cupido decidió visitarme. Me siento halagada— reconozco la voz de Dorothy de inmediato.
—¿Que es este lugar?
—Mi casa.
—Creí que no vivías en la tierra.
—Siempre he vivido en la tierra, no me gusta alejarme de mis raíces.
— ¿Tus raíces?
—Si, nací aquí y viví la mayor parte del tiempo en este lugar hasta que me llevaron lejos.
—¿Quién te alejo?, ¿Quién eres?, ¿Que planeas? y ¿Por que lo haces?, ¿Qué pretendes con decir que puedes cambiar el futuro?, ¿Realmente puedes hacerlo?


—No necesita saber todas esas cosas, es mas que suficiente decir que soy su enemiga, y no en el sentido de que le voy a hacer daño, sino en que estoy aquí evitando que cumpla su objetivo.


—¡No te metas en mi camino!

—Yo no me metí en su camino, usted se metió en el mio— el zorro se pone de pie y entra por la puerta detrás suyo— deberíamos jugar ajedrez juntos, seguro seria una competencia interesante, aunque debo advertirle que nadie nunca me ha ganado— escucho su voz en la lejanía. Me giro y salgo dejando atrás la pequeña casa de la supuesta adivina, no quiero rendirme, y sí para ello debo llevarle la contra a ese zorro estoy dispuesto a hacerlo. Ese viaje puede ser mi as bajo la manga, ya entregue el permiso así que ya nada puede salir mal.

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