viernes, 26 de agosto de 2016

18 Cuarto de sentencia



-Jack-

Hasta ahora he podido mantener mi identidad como ángel oculta, tanto para los demonios como para Elie y James, no se por que el zorro me esta ayudando pero de verdad lo agradezco, creí que sería descubierto cuando vieron mis alas, pero ella me salvó con su mentirilla piadosa, que en realidad no es del todo falsa, pues gracias a ese pequeño zorro yo tengo alas negras y no blancas, por mi solo no logre cambiar el color, soy un inútil.

Después de estar bajo la mirada de ese maldito demonio, (que no habría maldecido de no ser porque estoy en el infierno y no pueden verme ni escucharme) todos caminamos hacia el cuarto de sentencia, en realidad no es un cuarto solo es un escritorio y una silla frente a él en medio de un pasillo, me parece gracioso ver a uno de esos monstruos sentado como alguien civilizado, además esta usando unas gafas, no estoy seguro de sí las usa porque realmente tiene mala vista o solo esta tratando de burlarse de los que no ven bien, que es una acción muy razonable para alguien de su calaña.
Hay una gran fila, conformada de diversos hombres, algunos lucen terroríficos y otros muy normales, el demonio en la silla pronuncia un “siguiente” y pasa un hombre, no logro escuchar que es lo que le dice pero todos nos detenemos al escuchar su tremenda carcajada.
—¡Pero sí es mi amiga Dori!—el demonio se pone de pie y se acerca a nosotros, para mi sorpresa al llegar ya no luce como antes, ahora es un simple hombre de tez oscura, calvo y ojos cafés, como si fuera humano, esta chica sí que se da a conocer en el infierno, que yo sepa en Karma es neutro pero su cercanía con los demonios y su conocimiento acerca del infierno me hace dudar enormemente.
—Hola Simeón—el tono del zorro al hablar es uno tranquilo, como si estuviera hablando con un viejo amigo.
—Vaya, traes nuevos juguetes, creo que esta vez se te adelantaron, ultimamente estan muy entretenidas con uno que encontraron hace poco— nos mira con un rostro de sincera diversión.
—Espero que no me sustituyan—Dorothy está de espaldas pero puedo jurar que ha sonreído.
—Nah, esas tres jamas se atreverian—desde que llegamos aquí me he preguntado qué es exactamente a lo que nos enfrentamos, ahora se que son 3 pero no se que son exactamente, por otra parte el hecho de que nos llamen juguetes me da muy mala espina.

Un grito desgarrador empieza a sonar, proviene del hombre que está frente al escritorio, lo han rodeado tres demonios y le están torturando, dos sostienen sus brazos y otro más le da latigazos en la espalda, Elie se tapa los oídos y está a punto de caer al suelo nuevamente, el efecto del hechizo ha acabado, la sostengo antes de que caiga completamente.


—Oh diablos, no es de mucho aguante, espero que le dure a esas tres lo suficiente—el hombre nota que Elie se está sintiendo mal.
—Me voy antes de que colapse, no quiero dejar a una sin juguete.
—Nos vemos después, visitarme más seguido, extraño escucharte tocar—el “amigo” se aleja mientras se despide y cuando se sienta en la silla es nuevamente un monstruo, ¿tocar que?, esta chica es un completo misterio.

La temperatura de Elie empieza a aumentar poco a poco, está sudando, ya no puede mantenerse de pie así que la cargo estilo princesa todo lo que nos queda de camino, gracias a Dios caminamos más rápido y llegamos pronto a nuestro destino, nos detenemos frente  una puerta gris con las iniciales “C, C y P”, James abre la puerta, lo que está adentro es todo menos lo que me imaginaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario