viernes, 26 de agosto de 2016

19 Catrina, Cadaverina y Prutrescina


-Jack-

Al escuchar la palabra “secuestro” lo primero que se viene a la mente de cualquiera es probablemente que la persona que esté pasando eso esté sufriendo con intensa agonía y miedo, pero al entrar a donde se encuentra “nuestro secuestrado” no está pasando nada de lo anterior, es algo totalmente opuesto. Evan está sentado en una mecedora con un cuento infantil mientras tres pequeños con mantas cubriéndolos como fantasmas, están sentados a sus pies escuchando con atención lo que él lee.

—Hola niñas—el zorro saluda y los tres bultos blancos que al parecer son niñas, voltean a vernos, sin embargo al mirarme a mí, tanto Evan como las niñas corren a abrazar a Dorothy y a esconderse entre los pliegues de su ropa.

—¡¿Dorothy qué rayos es eso?!—Evan palidece y luce alterado, me parece divertido así que no me retiró la máscara aun.
—¿Cómo entro? los demonios no pueden poner un pie en esta sala— una de las niñas habla, no logro distinguir cual, todas tienen una manta blanca cubriéndolas, solo puedo ver los agujeros a la altura de sus ojos.
—¿Eso es un demonio?—creo que “el secuestrado” está a punto de desmayarse del miedo.
—Eso de ahí no es un demonio, es Jack—Dori explica y yo me retiro la máscara.
—Jack, hombre ¿quieres matarme del susto?, ¿por qué estas usando eso?
—Bueno, ¿no esperabas que atravesara el infierno como un simple humano verdad?
—¿Infierno?, ¿De que hablas? 
—Estamos en el infierno— informa Dorothy.
–¿Infierno?— Evan muestra sorpresa y palidece una vez más, a lo que rio con disimulo.
Al entrar a la habitación la condición de Elie ha desaparecido y se encuentra totalmente recuperada, la bajó con cuidado y me aseguro de que no se aleje demasiado.
—Si, ¿no lo sabías?, atravesamos una parte de él para llegar aquí, Dorothy nos prestó los disfraces—esta vez Elie responde al mismo tiempo que se retira la máscara. James hace lo mismo.
—¡Elie!, ¡James!—Evan corre a abrazar a Elie y posteriormente se cuelga como mono del cuello de James— ¿vinieron por mí?, tengo unos maravillosos amigos— se abraza con más fuerza, creo que esta tan conmovido que está a punto de llorar.
—Bueno, dejando eso de lado, díganme niñas, ¿por qué lo secuestraron?— el tono que la peli-blanca usa con las niñas es como el de una madre.
—Fue mordido por una serpiente venenosa, estaba a punto de morir y un no era su hora, así que lo trajimos hasta acá y Putrescina le saco el veneno, después de eso jugamos un rato.
—No deben traer humanos vivos aquí, no lo vuelvan a hacer.
—Esta bien—responden las tres al unísono.
—¿Quiénes son estas niñas?—Elie cuestiona, aunque estoy seguro que su pregunta era “¿Que hacen unas niñas en el infierno?
—Ellas son Catrina—el zorro destapa a una niña de cabellera larga y negra amarrada en una trenza de lado, vestido como el de el zorro pero en morado con negro y flores sobre su cabeza, cabe resaltar que es un esqueleto y su cráneo está decorado con varios detalles— Cadaverina— destapa a otra niña con vestido rosa lleno de moños, cabello plata corto y la parte superior de un cráneo sobre su rostro— y Putrescina— la última niña tiene cabello rubio amarrado en dos chongos, piel gris y vestido verde, sus ojos son totalmente blancos, sin pupila— Juntas se encargan de llevarse almas y descomponer los cuerpos, dicho de otro modo, ellas son la muerte— las tres niñas se fusionan, por extraño que suene, y dan origen a una mujer de cabello plateado, manto blanco y cuerpo esquelético.
—La mujer de la luna—chilla Elie.
—Exactamente— el zorro sonríe— lo que te contó María no es del todo falso, después de todo, las leyendas se basan en hechos reales, la única diferencia entre la leyenda de María y la realidad es que el chico prometió jugar con las niñas pero al darse cuenta de que en realidad eran la muerte trato de escapar, se adentro en la laguna y murió ahogado.
—¿Como sabes lo que Maria me contó?
—Lo escuche tras la puerta.
—Si sabias donde estaba Evan, y que no estaba en problemas ¿por qué nos trajiste?— Evan se ha bajado de James, dándole la oportunidad de hablar.
—Yo no los traje, ustedes decidieron venir— Dori se defiende.
—¡Dijiste que estaba secuestrado, creí que estaba en peligro!.
—Bueno, las cosas nunca son lo que parecen, además sí estaba en peligro, pero ellas lo salvaron—sus ojos se han vuelto rojos.
—TU...ERES...AGH...—James se rasca la cabeza con ambas manos.
—¡¿Bajamos hasta el infierno por nada?!, ¡pusiste nuestra vida en peligro!— ahora sí estoy molesto.
—Relájate Jack, jamás los pondría en peligro, los traje porque sabía que nada malo pasaría, bueno a excepción de Asmodeo, no esperaba encontrarlo aquí, pero descuida, él no se atrevería a contradecirme, no ahora.
—¿Quién es Asmodeo?—pregunta Evan.
—Un demonio lujurioso—responde la fuente de mi enojo.
—Ah
—¿Y por qué somos juguetes?— pregunto un poco más calmado.
—De vez en cuando traigo las almas que le venden a Lucifer, en realidad les hago un favor, las niñas se divierten y las almas no sufren agonía intensa, no son malas personas, son gente buena que vende su alma por vivir una buena vida o por un poder para hacer justicia a la gente mala, no me atrevería a exponer a las niñas, aunque puedan cuidarse solas.
—¿Qué hay de Simeón?
—El es un viejo amigo, también vendió su alma, afortunadamente logre ponerlo en un lugar donde no sufra— la sonrisa que muestra es tan sincera que dejo de presionar con las preguntas.
—Bueno, ya que Evan está bien, Dorothy nos explico todo y nosotros estamos a salvo, creo que es tiempo de volver a la tierra— suelta Elie conteniendo sus ganas de reír.
—Creo que es lo mejor—suspiro.
Las “niñas” se acercan a una puerta gris y la abren, salimos justo por la puerta pequeña en la habitación de las tres puertas al inicio, por fuera la puerta aun es pequeña pero por dentro se ve de tamaño normal, no cambiamos de tamaño, lo cual lo hace más extraño.
—¡Un momento!,¡entramos por aquí!— James luce sorprendido— ¿Por qué no usamos la puerta pequeña desde el inicio?
—Solo se puede abrir por dentro, y sí ellas quieren. Es para precaución—le responde Dori.

Los pequeños monstruos se despiden de Dori y de Evan con mucha emoción. Nos dirigimos a la puerta y salimos a la mansión, mis alas desaparecen, qué suerte que el zorro me ayudó a despistar a Elie y a James sobre ellas, de no ser así me hubieran descubierto, dejamos los disfraces en el mismo cuarto en el que estaban,  y salimos rumbo a la casa de María, nadie ha notado nuestra ausencia, pero Evan tiene que ir a ver al profesor Manuel para informar que está vivo y saludable, pobre profesor, debió estar muy preocupado.

Regreso a la habitación junto a James y Evan, después de avisar al profesor que se perdió por un momento. Elie y Dori regresan también a su cuarto, creo que le he agarrado cariño a decirle Dori en vez de Zorro. Cierro los ojos, para dormir después de acostarme, espero que mañana sea un día tranquilo.

18 Cuarto de sentencia



-Jack-

Hasta ahora he podido mantener mi identidad como ángel oculta, tanto para los demonios como para Elie y James, no se por que el zorro me esta ayudando pero de verdad lo agradezco, creí que sería descubierto cuando vieron mis alas, pero ella me salvó con su mentirilla piadosa, que en realidad no es del todo falsa, pues gracias a ese pequeño zorro yo tengo alas negras y no blancas, por mi solo no logre cambiar el color, soy un inútil.

Después de estar bajo la mirada de ese maldito demonio, (que no habría maldecido de no ser porque estoy en el infierno y no pueden verme ni escucharme) todos caminamos hacia el cuarto de sentencia, en realidad no es un cuarto solo es un escritorio y una silla frente a él en medio de un pasillo, me parece gracioso ver a uno de esos monstruos sentado como alguien civilizado, además esta usando unas gafas, no estoy seguro de sí las usa porque realmente tiene mala vista o solo esta tratando de burlarse de los que no ven bien, que es una acción muy razonable para alguien de su calaña.
Hay una gran fila, conformada de diversos hombres, algunos lucen terroríficos y otros muy normales, el demonio en la silla pronuncia un “siguiente” y pasa un hombre, no logro escuchar que es lo que le dice pero todos nos detenemos al escuchar su tremenda carcajada.
—¡Pero sí es mi amiga Dori!—el demonio se pone de pie y se acerca a nosotros, para mi sorpresa al llegar ya no luce como antes, ahora es un simple hombre de tez oscura, calvo y ojos cafés, como si fuera humano, esta chica sí que se da a conocer en el infierno, que yo sepa en Karma es neutro pero su cercanía con los demonios y su conocimiento acerca del infierno me hace dudar enormemente.
—Hola Simeón—el tono del zorro al hablar es uno tranquilo, como si estuviera hablando con un viejo amigo.
—Vaya, traes nuevos juguetes, creo que esta vez se te adelantaron, ultimamente estan muy entretenidas con uno que encontraron hace poco— nos mira con un rostro de sincera diversión.
—Espero que no me sustituyan—Dorothy está de espaldas pero puedo jurar que ha sonreído.
—Nah, esas tres jamas se atreverian—desde que llegamos aquí me he preguntado qué es exactamente a lo que nos enfrentamos, ahora se que son 3 pero no se que son exactamente, por otra parte el hecho de que nos llamen juguetes me da muy mala espina.

Un grito desgarrador empieza a sonar, proviene del hombre que está frente al escritorio, lo han rodeado tres demonios y le están torturando, dos sostienen sus brazos y otro más le da latigazos en la espalda, Elie se tapa los oídos y está a punto de caer al suelo nuevamente, el efecto del hechizo ha acabado, la sostengo antes de que caiga completamente.


—Oh diablos, no es de mucho aguante, espero que le dure a esas tres lo suficiente—el hombre nota que Elie se está sintiendo mal.
—Me voy antes de que colapse, no quiero dejar a una sin juguete.
—Nos vemos después, visitarme más seguido, extraño escucharte tocar—el “amigo” se aleja mientras se despide y cuando se sienta en la silla es nuevamente un monstruo, ¿tocar que?, esta chica es un completo misterio.

La temperatura de Elie empieza a aumentar poco a poco, está sudando, ya no puede mantenerse de pie así que la cargo estilo princesa todo lo que nos queda de camino, gracias a Dios caminamos más rápido y llegamos pronto a nuestro destino, nos detenemos frente  una puerta gris con las iniciales “C, C y P”, James abre la puerta, lo que está adentro es todo menos lo que me imaginaba.

miércoles, 3 de agosto de 2016

17 Visita al infierno



-Elie-

La puerta se cierra tras nosotros, la primera en entrar fue Dorothy, luego James, yo y por último Jack, la habitación es  bastante simple, solo hay tres puertas una es de rejas negras en la que solo se puede ver una profunda oscuridad, la segunda puerta es color negro, es de madera y tiene un picaporte color oro, la tercera puerta es del tamaño de una niña de 5 años, y también es gris como la puerta por donde entramos.

—No se acerquen a la puerta negra.
—¿Por qué?—dice James con un tono de reto.
—Porque esa pertenece al rey del infierno y a menos que quieras conocer al mismísimo Lucifer, te recomiendo que sigas mis órdenes—James se gira tratando de ignorar a Dorothy pero agranda los ojos mientras mira sobre mis hombros, siento el sudor correr por mi frente y no estoy segura de sí es por el calor o por el miedo a ver lo que se encuentra detrás de mí, con mucho trabajo y lentitud giro hasta quedar totalmente de espaldas a James, mis ojos también se abren ante la sorpresa, el disfraz de Jack era bastante realista pero ahora lo es mucho más, Jack tiene unas gigantescas alas negras tras su espalda, realmente parece un demonio.


—Eso no estaba ahí antes, ¿también forma parte del disfraz?— James se acerca a Jack y toca sus alas—parecen bastante reales.
—Mi magia es increíblemente asombrosa ¿no?—Dorothy sonríe.
—Es asombroso—afirmó yo.
—Dejemos los halagos para después, entremos, alguien necesita ser rescatado— todos nos encaminamos hasta la puerta de las rejas negras, que se abre por sí sola, caminamos por una gran oscuridad lo que parece ser una hora pero en realidad solo son unos minutos al final de la obscuridad parpadea una luz naranja, nos adentramos en ella, todo se vuelve naranja y rojo, por todo el lugar se escuchan gritos desgarradores de miles de personas al mismo tiempo, como si las estuvieran torturando, tapo mis oídos, un sentimiento de miedo empieza a apoderarse de mí, caigo de rodillas al piso, puedo sentir por todo mi cuerpo el dolor que sienten esas personas, es insoportable, quiero salir, Dorothy se acerca a mí y pone sus mano sobre mis sienes sin tocarlas, de pronto ya no escucho un solo grito y logró recuperar la calma, Jack y James me miran con preocupación.


—¿Que le sucedió?— pregunta James, al parecer soy a la única que escucho esos horribles gritos.
—Ella es capaz de entender los sentimientos de otras personas, es sensible al dolor y al sufrimiento, lo que pasa aquí ella puede sentirlo, lo lamento Elie, no lo sabia, te sacaré de aquí, el encantamiento que te puse solo durará una hora— Dorothy toma mi brazo y todos me ayudan a ponerme de pie.
—No, quiero seguir, Evan está en problemas.
—Es demasiado peligroso, si algo nos encuentra querrán llevarte.
—No me importa, estoy dispuesta a seguir, demos prisa, solo tenemos una hora.
—Yo la cuidare—Jack pone su mano sobre mi hombro.
—Bien.


Caminamos entre un montón de monstruos y seres que jamás se me ocurrio que podian existir, este lugar parece un mercado, el cielo no tiene sol, ni es azul, se mantiene con un color como el de las puestas de sol, caminamos lentamente con la cabeza en alto evitando levantar sospechas, todo marcha perfecto, al parecer solo tenemos que terminar el mercado, pasar la sala de sentencia y habremos llegado, no es un camino muy largo según Dorothy, pero es peligroso porque en los mercados siempre hay muchos demonios y tenemos alta probabilidad de ser descubiertos, creo que el encantamiento de Dorothy tiene doble efecto, todo esto me lo transmitió cuando caí de rodillas.


—¡Vaya!, pero sí es mi amiga Dori— un demonio asqueroso se acerca a nosotros, tiene tres cabezas, una de de borrego, una de lo que parece ser un ogro y otra de un toro, su torso y brazos son humanos, sus patas son como las de un pollo y es notoriamente más alto que todos nosotros.
—¿Qué buscas Asmodeo?
—Nada, solo paseaba, mejor dime ¿Qué es lo que traes hoy?— se acerca a nosotros y comienza a examinarnos de pies a cabeza, su mirada es penetrante y aterradora, nos mira como como si fuéramos la piedra en su zapato, o la mierda que pisó después de un horrible dia, lo mas extraño es que su expresión se mantiene con una sonrisa y un semblante divertido. Hipócrita. Es la única palabra que encuentro para describirlo o por lo menos hasta que detiene su mirada en mí,  me examina como si encontrara oro en medio de un asqueroso pantano, puedo sentir su mirada llena de deseo y lujuria.
—Son sus juguetes nuevos.
—Sin grilletes, como siempre, se perderán si los dejas sin supervisión— extiende su mano con la intención de tocarme pero Dorothy lo detiene tomando su muñeca.
—Nadie se atreve a escapar ni desafiarme, ni siquiera tu Asmodeo, así que no te atrevas a ponerles un dedo encima.
—No me subestimes Kat, sabes mejor que nadie que cuando le echó el ojo a alguien no hay nada que me detenga— su mirada recorre el cuerpo de Dorothy con la misma intensidad de lujuria con la que recorrió el mío.
—No me tientes, yo tampoco puedo detenerme una vez que empiezo. No pienso repetirlo de nuevo así que pon mucha atención y escucha con tus endemoniados oídos, NO-LOS-TOQUES—Dorothy remarca cada sílaba de su última frase con un tono lo suficientemente amenazante como para que un escalofrío me recorra el cuerpo y sepa  que no está bromeando, el tipo aparta su muñeca bruscamente y solo entonces me doy cuenta de las marcas moradas que dejaron los dedos de mi protectora sobre su blanca piel, ¿que tanta fuerza tiene ella como para dejarle tales marcas?, ¿que clase de monstruo es Dorothy?, una simple bruja no es capaz de intimidar un demonio de esa manera. Ella no es una bruja y de eso estoy segura.
—He visto mejores juguetes—el demonio se aleja lentamente y desaparece entre la multitud, su rostro parecía molesto pero no creo que se atreva a regresar.
—¿A qué se refería con Kat?—miro a mi guia pero ella no responde, solo avanza y la seguimos, ha esquivado mi pregunta.

martes, 2 de agosto de 2016

16 Camuflaje


-Elie-

Anteriormente


—Ya se que le paso a Evan— habla Dorothy con seriedad.
—Habla—dice James con brusquedad.
—Lo han secuestrado—responde Dorothy.
—En ese caso debemos llamar a la policía— hablo yo.
—Ellos no podrán hacer nada, no pueden entrar a donde se encuentra—Jack habla en esta ocasión.
—¿Dónde es?—preguntamos James y yo al mismo tiempo.
—En el infierno—sentencia Dorothy.


En la actualidad…


—¿Qué?—Eso es lo único que mi boca es capaz de pronunciar.
—Déjate de bromas bruja, dime donde demonios esta Evan—James toma del cuello a Dorothy.
—No es mi problema si no me cree—Dorothy aparta la mano de James de un fuerte empujón—  tengo que sacar a Evan de este problema, sí me acompañan o no, es decisión suya, yo me largo.


—Voy contigo— hablo yo, no entiendo cómo demonios vamos a entrar a ese lugar, pero estoy segura de que esto no es una broma, Dorothy jamás se pone seria, de lo poco que conozco de ella se que no sería capaz de bromear con algo así y menos cuando alguien ha desparecido—¿Cómo llegaremos hasta ese lugar?
—Eso no será un problema. Síganme—ella comienza a caminar fuera de la cocina, todos caminamos tras ella, incluso James, a quien se que no le inspira confianza Dorothy, no se porque razón.


—Dorothy… lamento preguntar esto pero…¿Que eres exactamente?, hablas del infierno con demasiada confianza, como si fuera algo común, tu tono de piel y cabello también son extraños, en especial por que no veo las raíces de otro color, sin mencionar que tus ojos son morados y de gato y no son pupilentes, estoy segura.

—Vaya, no creí que sería descubierta tan pronto. Me sorprende Elie, es mas observadora de lo que crei.  Tiene razón, no soy humana, soy una bruja, pero una buena. Aquí les llaman brujas blancas o de magia blanca. Es lindo ¿no?. Me gusta el blanco.

—¿Por que te acercaste a nosotros?, ¿Que estas buscando?

—Eso es un secreto, tal vez algún día se lo cuente. Por ahora centrémonos en Evan, debe estar asustado, yo lo estaría— un escalofrió me recorre el cuerpo. Sabia que algo andaba mal, no debo confiar en ella, puede ser peligrosa.

—Sabía que no eras humana, maldito monstruo—James expresa esas palabras con tanto veneno como puede y escupe sobre el piso como sí lo que dijo tuviera un sabor asqueroso.
—James, cálmate, insultarla no va a traer a Evan de regreso, además no creo que quieras ver a una bruja enojada—Jack trata de calmar a James pero él parece totalmente indignado.
—Descuide, sus palabras no pueden dañar a alguien sin sentimientos como yo— un pequeño trozo de lastima nace en mi corazón y solo entonces me pregunto como fue que Dorothy termino en esa situación y si en algún momento fue una humana con dulces sentimientos, tal vez, solo tal vez no es tan mala como lo pensamos.


Todo queda en absoluto silencio, somos inundados por el olor a naturaleza y la oscuridad, nadie se atreve a pronunciar una palabra, entramos al bosque y nos adentramos cada vez más, Jack sostiene mi mano, me siento segura a su lado así que no pongo resistencia, llegamos a lo que parece una mansión abandonada, Dorothy abre la puerta y nos hace entrar a todos.


Al entrar se encuentra un gran salón con escaleras en paredes opuestas, ambas terminan en el segundo piso en lo que parece ser un balcón interior, bajo este hay una puerta, que es lo único que parece nuevo en este lugar, un candelabro de oro y diamantes está sobre nuestra cabeza, todos los muebles están cubiertos por telas y a lo lejos soy capaz de escuchar diversos animales.
—¿Dónde estamos?—Pregunto yo.
—En mi casa, siéntanse cómodos pero no abran ninguna puerta, ellas esconden secretos, esta ya no es una casa común.
—¿Antes lo era?—pregunta James más calmado. Preguntó justo lo que yo quería saber al escuchar el “ya no” de Dorothy.


—Si, en ella vivía una familia muy rica, por eso es mi manera de hablar, así fui educada.
Subimos las escaleras hasta llegar a un largo pasillo con dos caminos, derecha e izquierda, ambos están iluminados con velas, caminamos por el pasillo de la derecha, el papel tapiz es viejo pero aún se puede apreciar el color rojo en el,  pasamos una puerta blanca con una “D”, luego nos detenemos en una color negro con el dibujo de una enredadera, al final del pasillo hay otra puerta, es roja pero lo más curioso es que tiene forma de corazón. Entramos en la habitación de la puerta negra y ahogó un grito al ver lo que hay dentro, Jack me sostiene para no caer.
—Tranquilos, no son reales, son solo disfraces—Dorothy parece darse cuenta de mi rostro y el de James, que está igual o peor que el mío.
—¿Qué clase de disfraz luce así?—pregunta James mientras se acerca a una pared.


La habitación es color naranja con rojo, las paredes están cubierta por distintas máscaras algunas grotescas y asquerosas, otras se parecen a las que usan en los teatros y otras más son como las de los arlequines, es una gran colección, hay de tantos tipos que no soy capaz describirlas todas, también hay algunos maniquíes con trajes hechos de la combinación de distintos animales, la mayoría tienen patas de cabra y enormes cuernos pero aun así hay varios más con diversas manos, o pies, algunos altos y otros bajos pero todos son horribles y atemorizantes, estoy segura de que cada uno de estos disfraces y máscaras encaja con la descripción de diversos demonios que he visto en internet y otros más con las que he escuchado de la gente que cuenta historias.


—Los disfraces de los demonios, por supuesto.
—¿Me estas diciendo que la apariencia de un demonio es solo un disfraz?— James parece sorprendido, yo me he quedado sin habla y Jack solo mira el suelo evitando cualquier contacto con alguien, quizá esto le traiga recuerdos malos o pesadillas con las que no puede lidiar.
—Exactamente—Dorothy responde la pregunta—todo demonio alguna vez fue un ángel y debo decirte que los ángeles son seres muy hermosos. Al ser desterrados los demonios perdieron muchas cosas pero su belleza no fue una de ellas, la ocultan para sus beneficios, aman divertirse a costa del sufrimiento y miedos de otros, pero su apariencia no ayuda demasiado, por ello recurren a disfraces o ilusiones, además así como conocer el nombre de uno te da poder sobre él, conocer su rostro te da aún más, por ello jamás muestran su rostro real, eso nos da ventaja, al entrar en el infierno nadie se dará cuenta de que son humanos sí usan las máscaras—Dorothy toma dos máscaras y nos las entrega a James y a mi. La mía es el rostro de un arlequín, la mitad derecha es negra con detalles oros y la mitad izquierda es color oro con detalles negros, además tiene una rosa roja en la parte superior del lado izquierdo. La de James solo es la parte de arriba de un rostro, es roja y tiene un gran pico doblado hacia abajo a la altura de su boca.
—¿Qué hay de la ropa?—pregunta James colocándose la máscara.
—No se preocupe, ellos son muy curiosos en cuanto a humanos se trata, por ello es normal ver uno que otro demonio usando ropas humanas— Dorothy se acerca a un maniquí y retira un traje completo bastante macabro, tiene un cráneo deforme con orejas puntiagudas y cuernos retorcidos como los de un borrego, dientes salidos, filosos y amarillentos, no tiene labios, la piel es entre rojo y vino, su cuerpo es muy delgado, me hace dudar si alguien entrará en él,  sus patas son como las de un caballo, sus pies solo tienen tres dedos alargados, tiene cuatro brazos, dos como los de un humano con grandes dedos y uñas puntiagudas y dos como tentáculos, se acerca a Jack y le entrega el traje —este es el suyo, no podrán olerlo con el, además necesito que cambie el color de ellas, no podrá ocultarlas pero al menos el color los distraerá.
—De acuerdo—responde Jack y sale de la habitación.


No entiendo porque él tiene que usar un traje entero y no solo una máscara, y ¿a qué se refiere con ellas?. Jack me está ocultando algo, lo supe desde que lo vi en esa cocina hablando con Dorothy. La primera vez que la vio reaccionó como si ella fuera alguien a quien aborrece con su sola presencia y de pronto ellos se conocen y se hablan como si fueran cómplices de un maravilloso secreto. Esto no se va a quedar así, pienso averiguar lo que pasa una vez que Evan esté de nuevo entre nosotros.


Caminamos de regreso por el pasillo, hasta llegar al lado contrario del que provenimos, Jack volvió con el traje puesto y sorprendentemente sí le queda, se ve muy escalofriante, en este pasillo se encuentran solo dos puertas, una frente a la otra, ambas son grises pero una tiene una “C” y la otra una “I”, ambas letras están hechas de oro, nos colocamos frente a la puerta con la “I”.


Dorothy se gira para vernos, ella también se ha cambiado, está usando un vestido de época medieval color negro con rojo, con mangas largas y grandes de las manos, además de que tiene un gorro que cubre gran parte del antifaz de zorro que se ha puesto, es muy bonito y le queda de maravilla—Vamos a la parte más profunda del infierno, no será un gran problema llegar pero la salida solo podremos hacerla sí ellas están de acuerdo esa parte está bajo su dominio y son muy caprichosas, recuerden, no hablar con nadie, no se alejen de mí y lo más importante jamás se quiten las máscaras.

Las dudas se empiezan a formar en mi cabeza, ¿Qué tan grande es el infierno?, ¿Qué pasa si nos descubren?, ¿Quiénes son ellas?, ¿Qué dominio?, ¿y si no nos dejan salir?, ¿Qué nos pasará?, antes de que se formen más preguntas en mi cabeza Dorothy abre la puerta, una onda de calor nos invade a todos y de pronto ya estamos dentro.

lunes, 1 de agosto de 2016

15 La mujer de la luna

Flash back


-Elie-
Después de asegurarme de que el salón estuviera vacío, entramos para curar sus heridas, aún no se porque se estaban peleando en plena explanada y espero que pueda decirme la razón.


—Siéntate sobre esa mesa Evan, mientras yo saco en mi botiquín.
—¿Tienes un botiquín en la mochila?—pregunta un poco nervioso.


—Si, mi padre es un poco paranoico y me obliga a llevarlo a todas partes. En realidad es  lo único en lo que me pone atención— saco el botiquín de la mochila una vez que lo encuentro, lo abrió y tomo una pequeña gasa más un poco de alcohol, limpio la herida del brazo de Evan, es bastante grande, abarca desde su hombro hasta su codo, pongo solo un poco de pomada sobre ella ya que a pesar de ser grande es solo una herida superficial que no tardará más de dos días en cerrar, prosigo esta vez con su labio, asegurándome de que mis dedos no toquen su piel, al girar un poco mi vista noto que estoy demasiado cerca de Evan y sus mejillas están ligeramente rojas, miró sus ojos y siento como el toma mi muñeca, deteniendo mi acción.


—¿Sabes?, yo creo que esto te va a parecer una locura porque llevamos solo unos días de conocernos, pero siento que te conozco desde hace mucho y se que no es verdad porque jamás olvidaría a alguien tan hermosa como tú, así que me preguntaba si tú tienes la misma sensación que yo.


No me había puesto a pensar en eso, realmente sentía que lo conocía, pero más que eso sentía una inmensa paz y es verdad que se me agitó el corazón, pero yo pienso que era porque tenía la sensación de que él  me sacaría de mi vida monótona, dejando fuera el sentimiento de amor, por supuesto —No lo creo, pero sí me produces un sentimiento que no puedo describir en este momento.


—Mmmm…. ya veo—Soltó mi muñeca —Gracias por ser sincera y por curar mis heridas.
—No es nada— sonreí y terminé de limpiar, después de eso dimos una vuelta por la escuela mientras platicábamos y cuando acabó la primera hora de clase cada uno regresó a su próximo salón, aunque yo me estaba preguntando qué era lo que me hacía sentir Evan.


Fin Flash back


Despierto de mi trance por el fuego al escuchar una canción de cuna que canta alguien a mis espaldas, me giro para averiguar de donde viene aquella nana y encuentro a María sentada en una banca afuera de la casa, tiene a Nelly entre sus brazos y la está meciendo mientras canta.


Aquella noche la hiciste esperar
tratando de huir al bosque ancestral
en la laguna entraste a buscar
algo que te haga poder escapar


La luna te ama y te llevará
ese es tu castigo por la eternidad
por hacer promesas a una dama ideal
no importa que corras te encontrara


Bajo luz de luna te encontró
en el cielo azul te espero
un baño de luz tu tomaras
en la laguna y te llevará.


Me acerco a ella una vez que termina de cantar, es una canción bastante de miedo para alguien que quiere dormir sin pesadillas, pero quién soy yo para cuestionar a las madres.


—Es una hermosa nana. pero ¿no es un poco de miedo para ser una canción de cuna?— María voltea a verme y sonríe al mismo tiempo que deja de mecer a Nelly.


—Lo siento, no recuerdo todos los nombres de los estudiantes, ¿me podrías decir el tuyo?
—Elie— me senté a su lado.
—Lindo nombre, bueno Elie, esta canción fue inspirada en una leyenda de aquí, sí es bastante terrorífica pero eso les enseña a las personas desde niños a no hacer promesas que no van a cumplir, ¿recuerdas que esta mañana hable de la mujer de la luna?
—Si, lo recuerdo
—¿Quieres escuchar la leyenda?
—Me encantaría.
—Hace algunos años un joven de cabello negro perdió a sus padres, estaba tan solo y triste que todos los días en la noche terminaba en la cantina bebiendo hasta perderse, el cantinero lo sacaba a las 11 de la noche porque tenía que cerrar, en esos tiempos vagaba por las calles una mujer vestida con un gran manto color plata, cabello blanco y tez clara, nadie conocía su rostro pero se rumoreaba que era hermosa, además de que su brillo era tan hermoso y blanco como el de la misma luna.
—Por eso pensó que Dorothy era la mujer de la luna.
—Exactamente—María suspira—Una noche el joven ebrio, como siempre, se encontró a la mujer de la luna, se perdió en su belleza, ella le contó que también estaba sola donde vivía y él le juró irse con ella, que jamás la dejaría sola y que la amaría por la eternidad, la mujer prometió volver por él al día siguiente, pero para entonces el joven ya estaba sobrio y no quiso cumplir su promesa, trato de escapar y se adentro al bosque solo, creyó que sí se ocultaba en el lago ella no lo encontraría, pero no fue así, ella lo encontró y desde aquel día nadie lo volvió a ver.
—¿Qué pasó con la mujer de la luna?
—Nadie lo sabe, algunos dicen que aún vaga por aquí, tratando de llevarse a alguien mas por que el joven que se llevó murió y otros dicen que regresó al lugar de donde provenía y se quedó sola nuevamente.
—¿No quieres contar historias de terror a los demás? seguro que les encantan.
—Seguro, ademas que es un pueblo sin historias de terror y leyendas, acostaré a Nelly en su maca— María se pone de pie y entra a la casa, yo camino hasta Evan y Jack, me siento en medio de ambos y detrás mio llega María.


—¿Les gustaría escuchar algunas leyendas chicos?— pregunta María muy emocionada.
—Siiii—responden todos a coro, María se sienta y empieza a relatar otra historia, Evan se pone tenso tan pronto María empieza a hablar.


—Voy al baño— Se levanta y desaparece en la obscuridad, no tengo idea de como camina solo por ahí sí es tan miedoso, pasan algunos minutos un poco largos y Evan aun no vuelve, Jack se pone de pie con prisa y sale corriendo hacia el bosque, tan pronto como entra puedo escuchar que grita el nombre de Dorothy, todos se asustan al escucharlo y se levantan a ver que pasa, atrás de un par de árboles viejos está el suéter de Evan cubierto de gusanos y un asqueroso olor a muerto, el profesor Manuel llega sale corriendo en busca de su amigo Juan y juntos empiezan a buscarlo, desapareció sin un solo ruido y tampoco hay rastro de Dorothy, por orden del profesor todos regresamos a la casa, el ambiente pesado se siente en el cuarto, todos fingen tener sueño e irse a dormir, pero se bien que nadie puede pegar el ojo por el miedo, me levanto de donde estoy y voy a la cocina, me llevó una sorpresa al encontrar a Dorothy hablando con Jack, enseguida detrás de mí llega James.


—Ya se que le paso a Evan— habla Dorothy con seriedad.
—Habla—dice James con brusquedad.
—Lo han secuestrado—responde Dorothy.
—En ese caso debemos llamar a la policía— hablo yo.
—Ellos no podrán hacer nada, no pueden entrar a donde se encuentra—Jack habla en esta ocasión.
—¿Donde es?—preguntamos James y yo al mismo tiempo.

—En el infierno—sentencia Dorothy.

14 El oro


-Elie-

Al principio mis padres estaban en contra del viaje, pero cuando les dije que el trabajo sobre ese viaje valía el 50% de mi calificación aceptaron inmediatamente, por la mañana me levante muy emocionada, es la primera vez que viajo con alguien mas que no son mis padres y aunque Julia no me acompaña, Jack sí lo hace y él me hace sentir muy a gusto, al llegar a la escuela a las 6 am como estaba establecido ya estaban la mayoría, había tres camiones, uno para cada grupo. Jack y yo subimos al segundo y nos sentamos juntos, por la ventana me pareció ver a Evan, pero seguro que no era así, estaba empezando a alucinar pero Jack me trajo de vuelta a la realidad, el viaje en autobús fue bastante entretenido, mi acompañante hacía toda clase de bromas divertidas, o que por lo menos para mi lo eran, me contó varias historias y teorías sobre cómo funcionaba el destino y me aseguro que si el destino fuera una persona le propondría un desafío.


Al llegar a nuestro destino, y esta vez hablo del lugar, nos bajamos del autobús y caminamos hasta el lugar donde nos quedaríamos a pasar la noche, era la casa de un amigo del profesor Manuel, en ella vivían su esposa María y sus 5 hijos, el mayor, Oscar, tenía 11 años, luego seguía Pedro de 9, después Guadalupe de 7 y Luisa de 5, por último estaba Nelly, una bebé de apenas 3 meses. Las mujeres dormiríamos en una habitación y los hombres en otra, pero estaban bastante cerca. La casa  estaba a escasos 10 minutos del pueblo, lo que no era agradable era que estábamos rodeados de bosque 100% natural, con animales salvajes, una oscuridad inmensa y bastante solitario, sin contar las originales leyendas sobre criaturas que habitaban el bosque, que para mi eran bastante interesantes, a Jack le daba mala espina y me recomendó no salir al bosque yo sola, debo agregar que lo que vi esta mañana por la ventana no fue una ilusión, Evan estaba aquí, junto a un chico que me presentó como James, Dorothy también estaba junto a ellos, lo que nos trae al presente, Dorothy está correteando un conejo de la granja que corre muy asustado, Evan la persigue mientras le grita que deje al conejo en paz, mientras que James ríe a carcajadas, Jack mantiene su expresión de frustración, está así desde que vio a Evan y a Dorothy, creo que no le agradan mucho. Mientras tanto yo me pregunto por que Dorothy lleva un traje como el de las campesinas de hace tiempo en no sé qué país, incluso tiene el mandil blanco en su cintura, las trenzas y ese pañuelito blanco en la cabeza.


El profesor nos llama a todos para desayunar, son las 11 de la mañana y ya estoy muriendo de hambre. El desayuno consta de un plato de frijoles y muchos tipos de plantas que no conozco, ademas de caldo de pollo recién hecho, lo bueno de los pueblos es que todo es plantado o criado por los señores y no se requieren hormonas de no se que que tipo, mientras desayunamos el profesor nos dice que es lo que vamos a hacer el dia de hoy y al terminar el también se pone a comer.


María, entra al comedor con un plato grande de arroz y agranda los ojos al ver a Dorothy, casi al mismo tiempo en el que empieza a decir cosas entre susurros, de los cuales solo logro entender “La mujer de la luna”, antes de que pueda levantarme a preguntar la mujer es sacada del comedor por el profesor y su esposo Juan, más tarde me asegurare de preguntar a que se refiere, tengo curiosidad.


El desayuno transcurrió con calma, después de que Maria se calmara un poco, regresó y se disculpó con nosotros. En el pueblo, visitamos la plaza, la mina y el museo al lado de ella,  el teatro e incluso la licorería artesanal, la cual por cierto la visitamos con la condición de que nadie le hable de esto a la directora, el profesor Manuel dice que somos jóvenes y que sI no nos divertimos ahora, más adelante no podremos hacerlo, pero no olvidemos que él ya es mayor, así que no podía faltar su frase de adulto sobre la diferencia entre la diversión sana  y sobrepasar los límites exponiendo tu salud.


Durante todo el recorrido me acompaña Jack, es un chico bastante agradable pero en ocasiones me doy cuenta de que sus comentarios tienen un doble sentido, no respecto al sexo, sino más bien a una especie de declaración sobre sus sentimientos hacia mi, lo cual en ocasiones lo vuelve todo un poco incómodo, en especial por que nos conocemos hace poco.


En estos momentos estamos recorriendo la mina, es un lugar bastante interesante, nunca había entrado a una y me sorprende bastante que todo lo que recorrimos es solo una mini parte de lo que en realidad es, no está permitido ir más adentro ya que es como un laberinto bastante complicado además de que más adentro aumenta la temperatura, al inicio hacía frío, pero ahora estoy sudando del calor que tengo, incluso el agua de los canales a las orillas está tibia.


Al salir de la mina, noto que Evan está mirando el mapa del gran laberinto que está en la entrada, se le ve muy entretenido así que me acerco a él, me quedo un rato conversando, cuando me giro para regresar al grupo me doy cuenta que todos se han ido, incluso Jack, quien dijo que no se alejaría de mí ni un solo segundo, me giro para hablar con Evan.


—Evan, ¿recuerdas a donde debíamos ir después de visitar la mina?
—No, ¿por qué?
—Porque ya nos dejaron atrás.
—¿Qué?— Evan se gira velozmente —¡Maldición!
—Cálmate, los encontraremos, no es un pueblo tan grande o ¿sí?
—No lo se, pero mi sentido de la orientación no es muy bueno.
—El mio no esta tan mal, busquemos en la licorería.
—¿Por qué la licoreria?
—Creo que ahi debiamos ir despues de la mina.
—¿Sabes dondé esta?
—No, pero preguntando se llega a roma ¿no?
—No vamos a Roma.
—Así dice el dicho Evan.
—Ah.


Ambos vagamos por todo el pueblo tratando de encontrar la licorería o el grupo que perdimos, pero Evan es tan distraído que terminamos en cualquier lugar menos los que estamos buscando, nos rendimos después de 2 horas de buscar y decidimos curiosear, al fin y al cabo sabía donde estaba la casa de María, no será un problema regresar.



Pasamos toda la tarde jugando, riendo y conociendo a gente que vive en el pueblo, incluso visitamos el panteón, en realidad Evan no quería entrar pero tampoco quería dejarme entrar sola así que se armó de valor, al parecer no le gustan las cosas de terror, gritaba como una pequeña niña por cada pequeño ruido que escuchaba, era muy gracioso ver su cara de espanto, al final regresamos a casa de María cerca de las 10 de la noche, al parecer nadie noto nuestra ausencia más que Dorothy, que al llegar nos miró con una cara de “sé lo que hicieron pillines” y Jack que pasaba su mirada entre Dorothy y yo mientras hacía muecas de disgusto. En el patio estaba una fogata y todos estaban alrededor de ella platicando, me senté y me perdí en la pequeña danza que hacía el fuego mientras recordaba lo que pasó en aquel salón con Evan.